SukaSuka – Volumen 4 – Capitulo 4 – Parte 5

Parte 5: El comienzo del fin

Iré a ver a Navrutri, pensó Willem.
Iba a preguntarle si realmente habían logrado prevenir la destrucción. Si realmente podían mantener el mundo como estaba. Si habían encontrado una forma de despertar a las víctimas comatosas.
Él salió a la ciudad, y mientras tomaba el camino hacia el Gremio, recordó que ni siquiera sabía donde se estaba quedando Navrutri. Probablemente podría encontrarlo si buscaba, pero eso tomaría tiempo. Ahora mismo Willem no estaba lo suficientemente relajado para hacer algo como eso.
¿Estaba usando como base el laboratorio de True World?
Si lo estaba, encontrarlo sería difícil. Gomag no era una ciudad grande, pero los Aventureros no habían encontrado nada en sus investigaciones hasta el momento. O estaba muy bien camuflado, o estaba oculto bajo tierra.
Bajo tierra.
Oh, cierto. Lo había olvidado por completo.
Había un lugar así, ¿verdad? Había una misteriosa instalación subterránea que se extendía bajo los pies de la gente de Gomag, quienes no tenían idea. Él conocía su ubicación general. Eso no significaba que la instalación y True World estuvieran 100 por ciento conectados, pero eso era todo. Debería valer la pena investigar.

… Esta no era la realidad.
Era una prisión para su espíritu. Un mundo de sueños arbitrario.
El hecho de que parecía real (y el hecho de que cosas que parecían personas del mundo real estaban ahí respirando), era todo con el propósito de cumplir su rol como prisión.
Así que todo aquí era inútil. No; él no debería intentar dar valor a algo de aquí. Todo lo que eso haría sería básicamente disminuir su voluntad para regresar a la realidad, y crear el riesgo de quedar atrapado en esta prisión por siempre.
Cuando escaparan de nuevo a la realidad, este mundo iba a desaparecer de todas formas.
¿Entonces por qué debería preocuparle lo que pase en este mundo?
Creí que había aceptado todo esto desde el principio…
Ninguno de los niños del orfanato era real.
Él pronto tendría que abandonarlos a todos.
Así que no importaba cuando o como iban a morir. Era todo tan insignificante que podría simplemente reírse al respecto.
Se repitió esto una y otra vez.

Por no podía.

Real o no, ¿qué importaba? Esa era Almaria.
Ella me dijo «Padre».
Me pidió que me quedara con ella.
Me sonrió. Me lloró. Se enojó conmigo. Hizo pucheros. Se apoyó en mí. Pude ver su rostro de nuevo, oír su voz de nuevo, y nunca pensé que tendría la oportunidad.
Por supuesto, él no quería perderla.

«Willem.»

Él escuchó su nombre y volvió a la realidad.
Miró abajo y notó por primera vez que Nephren estaba a su lado.
Había estado tan concentrado que recién ahora la había notado.
Pensó que hacía mucho frío cuando notó los escasos copos de nieve cayendo del cielo.

«… Perdón. ¿Mi cara daba miedo?»

Él inhaló profundamente, y exhaló.

«Sí, pero no es eso.»

Era raro que dijera eso.

«Hay algo raro.»

Cuando ella lo mencionó, él miró a su alrededor.
Todo parecía en orden. Estaban en una calle con una suave pendiente, y varias escaleras angostas conectaban con la calle. Podía oler el tenue aroma de las especias, características de la ciudad por la tarde. No había mucha gente afuera, y aquellos que deberían estar apresurándose a casa-
Por alguna razón, varias de esas personas estaban detenidas en el camino, completamente inmóviles.
Todos estaban mirando en direcciones diferentes; algunos al cielo, algunos al suelo, algunos directamente adelante. Pero todos tenían los ojos desenfocados.

«… No.»

Él corrió hacia una persona cercana, una joven que parecía estar de camino a casa luego de hacer las compras. Ella estaba inmóvil, con su canasta llena de carne y vegetales aún colgando de su brazo. No parecía que estuviera inconsciente. Era casi como si simplemente estuviera distraída, perdida en sus pensamientos.
Él la llamó. Agitó la mano frente a su rostro. La agarró de los hombros y la sacudió. Nada produjo una reacción.
Sus labios se movían ligeramente, como si estuviera susurrando. O como si estuviera cantando. Pero incluso cuando se quedó quieto para escuchar, no pudo escuchar nada.

«Ren.»
«De acuerdo.»

Él solo dijo su nombre, y Nephren, entendiendo sus órdenes, ya estaba en movimiento. Ella se acercó a las pocas personas que podía ver y las revisó una por una.
Mientras ella hacía eso, Willem rápidamente activó su Venenum. Dejando una profunda huella en el firme suelo, saltó alto en el aire. Alcanzó una altura varias veces mayor a la de las casas a su alrededor, observó el área, y volvió a bajar.
Esto es…
Vio fuego en varias partes de la ciudad.
Podía escuchar voces de confusión y caos en la distancia.

«No, no me digas que… ¿Ya empezó?»

Esta situación era muy mala. El estado de las cosas ya se había extendido. Y parecía que el incidente estaba progresando al mismo ritmo en todas partes.

«Willem.» Nephren corrió de vuelta a su lado. «Todos los que están congelados siguen igual. No responden a nada. La gente en movimiento es normal, pero estás empezando a notarlo.»

Por lo que podían ver, solo un poco menos de un quinto de las personas a su alrededor estaban en trance. Pero la peculiaridad de ese quinto deteniéndose repentinamente estaba comenzando a afectar la calma de los restantes cuatro quintos-

«¿Es como un veneno que se propaga rápidamente o algo?»

No. Esto es mucho más que eso.
La facción dentro de True World, a la que Navrutri se oponía, probablemente acababa de completar la tecnología que podía transmitir un encantamiento por un área amplia… Era probable, pero algo estaba mal.
Era difícil de explicar, pero se sentía abrupto, como si la vista ante él fuera antinatural. Era como si un día que se suponía continuara con normalidad repentinamente fuera sobrescrito con lo que estaba pasando ante él-

«Por ahora, volvamos al orfanato. Me preocupa Almaria-«

Hubo un grito de dolor, uno que sonaba como si todo el aire fuera exprimido de los pulmones de alguien.

Él se dio la vuelta.
La mujer de antes se estaba moviendo.
Un hombre se le había acercado, probablemente un familiar, y ella lo había mordido profundamente en el hombro. Sangre fluyó de la herida. Sus dientes naturales no podían soportar la fuerza de los músculos de su mandíbula mientras ella intentaba arrancar la carne. Uno por uno, sus dientes cayeron de su boca.
Desesperado, el hombre empujó a la mujer hacia atrás. Ella se tambaleó y perdió el balance, cayendo al suelo. Entonces, lentamente, se levantó.
En los espacios de los que sus dientes habían caído de su boca empapada de rojo, algo más estaba comenzando a crecer. Tenían un brillo viscoso color purpura azulado, como tentáculos-

«¡Asegúrate de que todos los que estén normales estén bien, y luego ve al orfanato!»

Willem gritó y corrió. Cuando la mujer (o lo que solía ser la mujer), intentó volver a cubrir el cuerpo del hombre, Willem presionó sus manos juntas y la golpeó en la boca del estómago de frente. Él usó la Pata de Oso, un movimiento que aprendió directamente de Hilgram. El golpe estaba pensado para ser lo suficientemente poderoso para lanzar al oponente hacia atrás manteniendo su cuerpo intacto.

«¡Gah!»

Había algo raro con la resistencia que sintió en su mano. Era pesado y duro, como si hubiera golpeado un trozo de plomo.

«¡¿Estás bien?!»

Sin prestar atención al dolor en su muñeca, Willem se giró hacia el hombre. La sangre fluía abundantemente de la herida de su hombro, como si una gran artería hubiera sido cortada. No lo iba a lograr si no detenía rápidamente el sangrado. Willem arrancó un trozo de su manga, y justo cuando se agachó para sentar al hombre-

«La canción…»

Escuchó al hombre murmurar.

«Escucho… la canción…»

Sus ojos perdieron el foco, y miró al vacío.
Willem vio que algo estaba mal. Se alejó de un salto.

«Extraño… el mundo… gris…»

Esto era malo.
La sangre del hombro del hombre empezaba a burbujear. Algo purpura azulado también intentaba crecer desde su interior. Esta persona estaba dejando de ser una persona.
Esto no puede ser.
Él no sintió la más mínima pisca de pánico.
Con sorprendente calma, Willem acepto lo que estaba pasando frente a él.
Las personas estaban cambiando en algo que no eran personas. Y eso era, casi seguramente, también obra de True World.
La prueba definitiva de la teoría que nunca quiso creer estaba justo frente a sus ojos.

«… No.»

Él podía escuchar el susurro de Nephren.

«Esto no… puede ser.»

Parecía que ella había llegado a la misma conclusión que Willem por su cuenta.
Pero por supuesto que lo haría. Ella había pasado toda su vida peleando contra sus primos arriba en el cielo. Toda su vida estaba destinada a esas batallas.
Sus ojos nunca podrían equivocarse.
Ella se dio cuenta de lo que era de inmediato, e incrédulamente dijo su nombre.

«… ¿La Penetrante, Bestia Número Dos, Aurora…?»


Desperatio era un Carillón especializado para matar a los de la misma raza de uno.
Nopht Keh Desperatio peleó con las Diecisiete Bestias usando una espada que existía únicamente para matar a otros Emnetwyte.
Y ese hecho llevó a una hipótesis: ¿Eran las propias Diecisiete Bestias Emnetwytes modificados?

Y ahora, en un sueño que se parecía al pasado, esa hipótesis probó ser correcta.
Lo que quedaría después de esto, era lo que había en el futuro.
La gente.
Los Emnetwyte.
Tal y como contaban las leyendas, dieron nacimiento a las Bestias, se convirtieron en ellas, y destruirían al mundo.


Todo su cuerpo era como una cuerda. Si tuviera que ser comparado con algo, sería con una serpiente gigante.
Pero, por supuesto, no era una serpiente. No tenía cola ni cabeza, y su piel estaba cubierta de incontables espinas con un brillo opaco en vez de escamas. Crecían y se encogían a voluntad, algunas veces suavizándose para actuar como cilios y otras endureciéndose como lanzas para atravesar a su presa.
Era una de las Diecisiete Bestias que vagaban por la superficie. De todas las Bestias encontradas frecuentemente, era la más vista por lejos, y su nivel de peligro era considerado bajo. Y la razón era clara: sólo podía matar a una persona a la vez. Si un grupo de tres se la encontraran, estaba prácticamente garantizado que uno o dos escaparían con vida… No había otra Bestia tan indulgente como esta.
Era la Bestia Número Dos; La Penetrante, Aurora.

En el camino, reunieron tantas personas que parecían ilesas como fue posible.
Iba razonablemente bien al principio; la gente venía a ellos de inmediato cuando les llamaban. Algunos intentaron atacar, pero sus movimientos eran lentos, así que no era muy difícil detenerlos sin lastimarse.
Justo cuando el grupo llegó a los veinte, el plan se despedazó. Uno de los que aún estaba ileso, un chico muy joven, agarró a la persona a su lado.
Aunque se había transformado repentinamente, su físico y fuerza seguían siendo las de un niño. Se las arreglaron para contener al chico sin que nadie saliera herido. El problema vino después de eso: la gente temía que la persona a su lado fuera a atacarlos repentinamente, y así, el grupo se desmoronó. Ignoraron a Willem, quien trató de mantenerlos a raya, y las veinte personas se dispersaron en todas direcciones.

Cuando finalmente volvieron al orfanato, no había nadie ahí.
Ni siquiera Almaria, que debería estar durmiendo profundamente en su cama.
Ni siquiera los niños, que deberían haberse quedado en sus cuartos.
Él gritó, pero no hubo respuesta; abrió las puertas pero no encontró a nadie adentro. En el poco tiempo que Willem no estuvo, todos se habían desvanecido.
Tocó el colchón pero no sintió calor.
Era casi como si desde el principio no hubiera habido nadie ahí.
Él recordó la intranquilidad que había sentido antes, los cambios ilógicos a la realidad, como si la realidad estuviera siendo sobrescrita directamente.

«… Ha-ha.»

Sus piernas fueron drenadas de fuerza, y sintió que iba a colapsar en cualquier momento. Apoyó una mano en la pared y se las arregló para estabilizarse.
La arraigada sensación de que esto era la realidad se desvaneció rápidamente.
Oh, cierto. Esto siempre fue un sueño. Esto nunca fue la realidad.

«Odio este sueño.»

Las palabras escaparon de su garganta.

«Lo sabía. El que creó este sueño fue un demonio después de todo. Probablemente un aeshma o un bufas, uno de esos. Presentan una realidad de formas imposibles para intentar rompernos.»
«Willem.»

Ahí estaba la voz de Nephren, regañándolo.

«… Lo sé. No apartaré la mirada de la realidad.«

Revisaron las ventanas y puertas. Ninguna parecía haber sido abierta. Almaria y los niños no se habían ido por su cuenta, ni habían sido repentinamente secuestrados por intrusos. Sería diferente si alguien con una mano habilidosa cuidadosamente borrara todos sus rastros, pero a no ser que estuvieran escondiendo un secuestro, no había razón para molestarse en hacerlo.
Esto era, sin duda alguna, una situación anormal.
El creador de este mundo de sueños, que había dedicado cuerpo y alma a recrear la realidad hasta el momento, finalmente había venido a intervenir.
El objetivo del enemigo era que ellos se volvieran parte de este mundo por completo. Así que antes de que ambos fueran asesinados por las Bestias que aparecieron, como pasó en la historia, intentarían sobrescribirla de alguna forma… Su intuición había dado en el blanco.

«Si Al también se hubiera convertido en un Aurora… No creo que me hubiera molestado ser asesinado por ella…»

Cuando volvieran al mundo real, iban a morir de todas formas.
Pero por otro lado, a él no le gustaba la idea de quedarse atrapado en este mundo por siempre.
Entonces al menos este «padre», que nunca cumplió ni una sola promesa, podría cumplir solo una; la que había hecho al principio… A él no le molestaría morir por una razón como esa. Era la forma perfecta de desechar esta vida barata.

«Oh, perdón, Ren. Si eso pasara, te dejaría sola, ¿huh?»
«No te preocupes. Si pasara, yo moriría contigo.»

Nephren entrelazó suavemente sus dedos con los de Willem.

«… Como si fueras a vivir por siempre.»

El estiró la mano como siempre hacía y alborotó su cabello.
Y la chica, como siempre lo hacía, se retorció haciendo pucheros.

Ahora, resolvamos este misterio.
Pensemos en qué significa que Almaria y los otros desaparecieran cuando lo hicieron.
La respuesta ciertamente estaba conectada al enemigo final que enfrentarían.

Justo cuando Almaria colapsó, el desastre cayó sobre la ciudad.
La gente de Gomag se convirtió en la Segunda, Aurora.
En realidad, eran las Sextas, Timeres, las que dominaban las ruinas de Gomag.

Este mundo seguramente contenía los recuerdos de la mayoría (si no todas), las personas de Gomag.
El creador de este mundo estaba recreando la historia en base a estos recuerdos.
Willem y Nephren eran sustancias externas para este mundo recreado.
Y ahora mismo, estaba trabajando para hacer que ambos fueran residentes completos de este mundo.

Hipótesis. Suposición. Conjetura. Intuición.
Todo lo que él había visto, todo lo que escuchó, todo lo que sintió, todo lo que pensó-
Él lanzó todo al caldero de su mente, lo hirvió, y revolvió.

«… No…»

Justo cuando algún tipo de respuesta estaba comenzando a tomar forma-

El timbre sonó.
Inmediatamente después, hubo un fuerte golpeteo en la puerta del frente.

«¡Allie! ¡Chicos! ¡¿Están todos bien?!»

Se escuchó una fuerte y aprensiva voz.

«¿Ted…?»

Sus pensamientos fueron interrumpidos. Miró arriba y murmuró el nombre.
¿Él está bien?
Un sentimiento demasiado vacío para ser llamado alegría brotó en su interior.

«¡Falco! ¡Wendel! ¡Horace!»

Mientras hacía sonar agresivamente el timbre, casi rompiéndolo, y golpeaba la puerta con sus manos, Ted gritó los nombres de los niños.

«… Probablemente no deberíamos ignorarlo, ¿huh?»
«Sí.»

Los dos salieron de la habitación, sonriendo amargamente.

«¡Mineh! ¡Detrov! ¡Maurice! ¡Nanette!»

… ¿Piensa dejar mi nombre para el final?
Willem se preguntó eso mientras abría la cerradura de la puerta.
Ted, que había estado apoyando casi todo su peso con la puerta mientras golpeaba, cayó un poco hacia adelante.

«… ¡Willem! ¡Me alegra ver que estás bien!»
«Sí, lo estoy. Por el momento, estoy bien.»

Él probablemente tuvo que pasar por un infierno para llegar aquí. El rostro de Ted se veía tan pálido que parecía que fuera a desmayarse en cualquier momento.

«¿Dónde están Allie y los demás? Las cosas no se han puesto raras aquí, ¿verdad?»
«… Nah. No es una locura ni nada al menos.»

Él asintió vagamente.

«Que alivio…»

Ted se tambaleó y casi cae al suelo, pero Willem lo agarró del brazo y lo sostuvo.

«No podemos pararnos aquí a charlar. Te ves cansado. Pasa; te haré un té o algo.»
«Oh, perdón. Primero tengo unas cosas para ti.»

Aunque parecía que apenas podía permanecer de pie por su cuenta, Ted forzó una sonrisa entregando un gran paquete que había estado cargando en su espalda.
Era una masiva espada de dos manos, dentro de una gran vaina de cuero.

«¿Un Carillón…?»
«Este es uno de bajo rango que hasta gente que no tiene aptitud de Brave puede usar. Simplemente tomé uno prestado de los que el Gremio tenía en custodia. Pensé que tu podrías darle un buen uso.»

Eso significaba que fue hasta el Gremio antes de venir corriendo al orfanato.

«¿El Gremio; los Aventureros están bien? ¡¿Qué hay de Luzie?!» Willem no pudo evitar preguntar.

«… Y una cosa más. Bueno, persona.»

Ted no respondió, mirando hacia atrás por sobre su hombro.
Había una chica.
Ella parecía tener quince o dieciséis. A juzgar por la ropa de viaje que usaba, probablemente solo estaba de paso.
Su largo y vívido cabello carmesí trenzado llegaba hasta su espalda. Su ojos, del mismo color que su cabello, mostraban que estaba algo incómoda, y veían al suelo a sus pies.
Zzzt. Una extraña sensación de déjà vu resonó en lo profundo de su conciencia.
Sentía que la había visto antes… no, como si la hubiera conocido en alguna parte. Pero no podía recordar exactamente donde podría haber sido.

«La vi en la calle de camino aquí. Había muchos otros, pero solo me las arreglé para traer una sola persona tan lejos.»
«¿Traerla tan lejos? Tu-«
«Por favor ayúdale. Ya no se me ocurre otro lugar seguro.»

Ted bajó la cabeza.

«… Está bien, está bien. Pasa. No se si lo sabes, pero parece como si fueras a desmayarte.»
«No. Este es el adiós para mí.»

Él sonrió.

«Espera, ¿qué estás-?»
«He estado escuchando un canto en mi oído desde hace rato.»

Con su sonrisa forzada aún pegada en su rostro, su voz comenzó a temblar detrás de las lágrimas.

«Alguien en mi cabeza ha estado diciendo Quiero ir a casa; quiero ir a casa, una y otra vez. Y todo lo que veo está superpuesto por algún tipo de escenario gris. No me queda mucho tiempo.»
«Ted…»
«Es por eso que no puedo entrar. Allie siempre pensó que la clase de hombre que yo quería ser era peligroso, ¿verdad? Decidí que lo soportaría hasta que tuviera el permiso de su padre. No puedo soportar la idea de que mis decisiones sean aplastadas por un estúpido sueño o canción o lo que sea.»
«… Ted, tu…»
«Y así son las cosas, así que lo siento.»

Él se forzó a levantarse.
Ted puso toda su fuerza en sus rodillas para levantarse, y agitó su mano hacia Willem.

«Buena suerte con todo lo demás.»

Entonces se fue corriendo.
Fue tragado por el crepúsculo y se desvaneció.


La imagen de Ted alejándose quedó grabada en los ojos de Willem.
Él es importante, pensó Willem, pero ya era demasiado tarde. Ted eligió irse lejos y desaparecer para mantener a Almaria y una chica que no conocía a salvo. Debe haberse sentido desesperado, cansado, asustado, dolido. Pero su decisión final fue mantener su dignidad como hombre.
Por favor ayúdale, había rogado Ted. Willem pensó que eso era algo poco razonable. ¿Cómo se suponía que ayudara a alguien en un mundo moribundo?
¿Buena suerte con qué?
El tipo era solo nivel 8, y ahí estaba, intentando actuar duro.
La chica pelirroja miró intensamente a su taza de café.
Más precisamente, estaba viendo su contenido; el líquido marrón en su interior.

«¿Hmm? No te gusta mucho el café, ¿verdad?» Preguntó Willem, pero ella sacudió la cabeza. Entonces volvió a mirar el interior de la taza. Parecía estar dudando si beberlo.

«¿Entonces después de todo debería ponerle leche y azúcar?»

Ella volvió a sacudir la cabeza, y se preparó.
Con la expresión de un soldado que había decidido marchar hacia las fauces de la muerte, ella levantó la taza, la puso en sus labios, y la inclinó hacia atrás.

«¡¿………?!»

Su rostro quedó rojo brillante.
Luego de poner la taza en la mesa, presionó ambas manos contra su boca y dio un grito silencioso.
Hah, hah, hah. Como un pez arrastrado a la tierra, abrió y cerró la boca.

«Parece que estaba caliente.»

Nephren vertió leche fría en otra taza más pequeña y se la ofreció a la chica. Ella dudó por un momento, considerando su orgullo y la realidad, para luego tomar la taza de Nephren y vaciar sus contenidos en su boca.
Heee, haaah. Ella pasó unos momentos ajustando su respiración.

«… Estaba caliente.»

Sí, lo sé.

«Estaba amargo.»

Sí, también sé eso. Por eso te dije que le pusieras leche.

«¿Entonces quieres otra taza?»
«… Con leche, por favor.»

Parecía que se había rendido por completo en su fachada. Avergonzada, la chica tímidamente ofreció su taza.

Era una chica rara.
Parecía tener unos quince, lo que significaba que tenía la misma edad que Chtholly. Pero por la forma en que hablaba y sus movimientos, parecía mucho más joven. Como mucho, probablemente hasta podría decir que Nephren parecía mayor.
Usaba ropa de viaje, pero no tenía a nadie con ella. O estaba viajando sola, o se separó de quien quiera que la estuviera acompañando. Cuando consideró la peor de las posibilidades de que quien quiera que fuera se haya convertido en una Bestia, supuso que no debería preguntar descuidadamente.
Y su mirada.
Cuando ella dejaba de mirar su taza de café, observaba a Willem con grandes, redondos e inquisitivos ojos. Entonces, cuando Willem hacía obvio que había notado que ella estaba haciendo eso, rápidamente desviaba la mirada.
No era exactamente una mirada amigable.
Dicho eso, tampoco podía sentir ninguna malicia de ella.
Si tuviera que analizarla, diría que se sentía como una mezcla de seis partes de curiosidad y cuatro partes de precaución.

«¿Hay algo en mi cara?» Él dirigió la pregunta a Nephren, pero ella sacudió la cabeza.

… Entonces nos conocimos en alguna parte…
Él recordó todas sus actividades como Quasi Brave en la superficie, pero no la recordaba. Si la hubiera visto, él nunca hubiera olvidado un carmesí tan vívido.

Cabello carmesí.
Él recordó a Chtholly. Mientras perdía partes de su memoria, su color natural de cabello se había casi corroído a un tono rojo brillante.
Aunque puede que solo fuera por la escasa luz de la estufa, él pensó que el cabello rojo de Chtholly y el brillante escarlata de la chica se veían muy similares. Tal vez era por eso que se sentía como un déjà vu.

«… U-Um…» La chica miró arriba y valientemente comenzó a hablar. «Willie… Eres el verdadero Willem, ¿verdad?»
«¿Hmm? Uh, sí, supongo que lo soy,» respondió él, perplejo cuando repentinamente dijo su nombre. «Bueno, no soy tan famoso como para que haya un impostor dando vueltas por ahí… Me conoces de antes, ¿verdad?»

La chica asintió.

«Ahhh, Ted te habló de mí, ¿verdad?»

La chica sacudió la cabeza.

«Te vi en un sueño. Fue algo corto, pero fue… supongo que dulce y azucarado.»
«… ¿Huh?»

¿Qué demonios significa eso? ¿Es una nueva forma de coquetear?
Él siempre había escuchado que el amor nacía entre dos personas en situaciones extremas de vida o muerte. Y la situación actual era la más extrema de todas.
Pero esta chica parecía ser demasiado joven, así que Willem no creyó poder manejar ese tipo de sentimientos aunque lo intentara.

«¿Puedo preguntarte algo?»
«¿Qué?»
«¿Recuerdas a Lillia?»

Por supuesto; Lillia Asplay, la Regal Brave, era mucho más famosa que Willem. No era particularmente raro que todos supieran su nombre.
Pero que su nombre fuera mencionado ahora, junto con el verbo recordar, ciertamente lo hizo sentir inquieto.

«Bueno, um,» respondió él vagamente. «¿Por qué lo preguntas?»
«Porque ella es importante para mí,» respondió ella. «Siempre quise ser como Lillia. Ella es tan fuerte, con una buena cabeza sobre los hombros, y tan asombrosa.»

Eso daba una imagen bastante exagerada. Él contuvo las ganas de reír.
La Regal Brave, el soldado más fuerte de todos los Emnetwyte, era como un emblema de las líneas frontales en las guerras con otras razas. Así que la Iglesia siempre romantizaba y embellecía sus reportes de ella. Era tan abrumadoramente poderosa que podía derrotar a un dragón de un golpe. Era tan amable y virtuosa que nunca podía dejar al débil atrás. Su apariencia en armadura completa era tan hermosa, que los Boggarts se arrodillaban a sus pies en cuanto eran expuestos a su poder. Y cosas así…
Era todo una estupidez.
Le llevó casi medio día para derrotar a un dragón del óxido; no era de voluntad tan débil como para olvidar el orden de prioridad al analizar una situación cuando tenía a un individuo debilitado ante ella; cuando se probó la armadura completa que la Iglesia le envió, gritó «¡Es demasiado ajustada!» y la envió de vuelta de inmediato.
Lillia, como Willem la conocía, era de mente amplia, salvaje, hacía las cosas a su propia manera y, sobre todo, siempre era libre.

«Y en el verdadero sentido de la palabra, ella era valiente.»

Mientras Willem recorría sus recuerdos, la chica continuó alabando a Lillia.

«Ella tenía a alguien a quien amaba mucho, pero escondió sus sentimientos. Ella renunció a su propia felicidad para hacerlo feliz a él. Sabía que iría a la batalla, pero marchó a pelear sin dudarlo. Así que esto es lo que son los Emnetwyte… Eso fue lo que aprendí viendo a Lillia.»
«Esa es una lección maravillosa.»

La forma en como dijo algunas cosas era extraña. ¿Había conocido a Lillia en alguna parte, y se divirtieron hablando de romance o algo?
¿Hablar de romance con Lillia? Vaya. Esa imagen no le quedaba para nada, y casi hizo que soltara una carcajada.

«Quería ser como ella. Ese era mi sueño final. Creo que después de que muera y me haga pedazos, mis sentimientos permanecerán, solo un poco-«
«¿De qué estás hablando?»
«Oh-«

Como si repentinamente hubiera vuelto a la tierra, la chica levantó la cabeza.

«No es nada. No es nada, así que por favor olvídalo. Pero recuérdalo solo un poco.»

¿Qué? ¿Se suponía que lo recordara o no?

«… ¿Quién eres?» Preguntó Nephren. «Por alguna razón, me siento inquieta cuando te veo. Es una sensación extraña.»
«… Probablemente lo estés imaginando. Por favor no le des muchas vueltas.»

Ella tragó su bebida, que en este punto era 70 por ciento leche y prácticamente un latte, y suspiró.

«¿Ya estás calmada?»
«Sí.»

Ella asintió con honestidad.

«De acuerdo. Lo lamento, ¿pero podrías vigilar el lugar por un rato?»
«¿Huh?»

Ella lo miró en blanco.

«Tenemos que salir un rato.»

Él intercambió una breve mirada con Nephren.

«Mientras tanto, quiero dejar este destartalado orfanato en tus manos. ¿Puedo contar contigo para eso?»
«¿A dónde van?»
«Hay alguien que tengo que ver. Voy a entrar y darle vuelta a todo su patio de juegos mientras estoy en eso.»
«Entonces yo también voy.»
«No puedes; es peligroso. Es seguro aquí; Bueno, no puedo garantizar eso, pero es mejor que en cualquier otra parte. Ese maldito niño me pidió que te cuidara, así que no puedo ponerte en peligro.»

La chica gruñó silenciosamente.

«¿Volverán? ¿Me lo puedes prometer?»

… Eso es…
Iban a confrontar a quien creó este mundo. Como resultado, este mundo iba a romperse o destrozarse por la batalla; de cualquier forma, probablemente no iban a volver aquí. Así que incluso si hiciera la promesa, nunca podría cumplirla.

«Lo lamento. No puedo.»

De todas formas solo era su palabra; debería simplemente haber dicho que si… Pero no pudo hacerlo. No podía repetir la misma mentira en este orfanato.
El tomó el Carillón apoyado contra la pared por la empuñadura y se lo lanzó a Nephren; Dindrane, un Carillón producido en masa. Era de una clase mucho más baja que su espada compatible, Insania, pero tenía buenas habilidades en general. Era valorada favorablemente entre los Quasi Braves promedio que no podían blandir espadas de más alto grado; la obra maestra del Taller Imperial.

«¿Debería tomar esto?»
«Puedo pelear un poco sin armas, pero tu necesitas algo para pelear, ¿no?»

Él asintió ligeramente cuando Nephren lo miró para preguntar.

«Nos vamos.»

Le dieron la espalda a la chica.


«… Había mucho más de lo que querías hablar, ¿no?«

El pez celestial apareció de la nada, enroscándose alrededor de la chica carmesí.

«Finalmente pudiste conocerlo. ¿No ibas a convencerlo o cortejarlo?«
«No.»

La chica sacudió la cabeza.

«No soy yo a la que le gusta Willie. No me gustan las personas que son tan poco atractivas.»
«Eres tan necia… Bueno, supongo que dejaremos eso a un lado por ahora.» El pez celestial dio vueltas alrededor de la chica. «¿No deberías haber ido con ellos, aunque significara revelar quien eres? Nuestro objetivo es básicamente el mismo que el de ellos. Creo que nuestras probabilidades de éxito aumentarán si trabajamos juntos honestamente.«
«…»
«Aunque insistas en que él te odia. Él no es el tipo de persona que olvida sus prioridades, ¿no? Creo que teníamos buenas posibilidades de crear un frente unido.«
«Creo que tienes razón.»
«¿Entonces por qué?«
«No… no lo sé.» Mientras hablaba, la chica se giró hacia la ventana y miró hacia donde Willem y Nephren habían corrido. «Porque cuando me dijo que no podía ir con él, me sentí casi… feliz, un poco.»
«Haaa… Entiendo lo que quieres decir.«
«¿Qué? … ¿Te diste cuenta de algo?»
«No. Simplemente pensé en lo mucho que eso sonaba a ti,» el pez celestial habló sonando un poco molesto, hasta que se le ocurrió algo. «Oh, cierto. ¿Cómo estuvo tu primer café negro?» Preguntó.
«Estaba caliente.» Fue su respuesta.


Nephren desplegó sus alas fantasmales y voló por el cielo.
Willem usó su Venenum para fortalecer sus piernas y saltar de techo a techo.
Los dos corrieron por la ciudad mirando abajo a las hordas de Aurora arrastrándose por las calles.

«No fue un demonio el que creó este mundo. Fue una Bestia.»

Con cada paso de Willem, trozos del techo salieron volando.

«Y esa Bestia no existía en este mundo hasta hace poco. Estaba viviendo aquí como una persona antes de convertirse en una Bestia. Es por eso que nunca jugó con el mundo para acercarse directamente, y es por eso que nunca la encontramos por más que buscáramos. Pero el día también ha llegado a este mundo. La maldiciones transmitidas dieron a luz a las Bestias. El creador comenzó a funcionar. Almaria fue movida porque el creador lo creyó necesario.»

De todas partes de la ciudad debajo de ellos, podía escuchar gritos tanto fuertes como débiles.
Aún había gente con vida. Pronto, no quedaría nadie.

«… La verdad no lo entiendo.»

No te culpo, pensó él.
Porque el propio Willem no comprendía por completo la situación.
Lo único que había hecho era dar voz a algo que sonaba correcto. No era lógico, y no estaba seguro.

«Bueno, no te preocupes mucho. Lo que importa es que este mundo está recreando lo que pasó en nuestro mundo hace quinientos años con relativa fidelidad. Nuestro mundo estará al final de la línea. Debería haber algo en este mundo que permaneció por quinientos años y también está en nuestro mundo.»

Willem divisó el campanario de la iglesia y saltó hacia él para mirar abajo a la plaza central. Se detuvo y preguntó, «¿Aquí?»

Nephren aterrizó a su lado. «Sí. las coordenadas deberían ser por aquí.»
«No veo nada que sobresalga.»

Podían ver unos cuantos monstruos deformados como hormigas en la plaza de abajo.

«No será donde están esas Segundas de ahí, ¿verdad?»
«Por supuesto que no,» respondió el casualmente, apretando su puño… y cuando lo hizo, notó que algo estaba mal.

Su cuerpo estaba crujiendo ligeramente.
Él conocía bien este dolor.
… Supongo que el sueño casi termina.
En realidad, su cuerpo era poco más que un cadáver que todavía no estaba del todo muerto. Sus huesos estaban llenos de grietas y, sus tendones débiles, sus órganos a menudo no funcionaban bien y sus músculos estaban desgarrados. Con solo encender todo el Venenum que pudiera, toda su fuerza vital se secaría.
Su cuerpo estaba comenzando a acercarse a la realidad.
Pero por ahora, creo que puedo seguir moviéndome.
Ajustó su respiración y volvió a apretar el puño.

«Ven conmigo.»

Eso fue todo lo que le dijo a Nephren antes de saltar.
De camino abajo, pateó la campana de la iglesia para acelerar. Se precipitó abajo (mucho más rápido que si estuviera caminando naturalmente), directamente hacia el centro de la plaza. Cerca había una pequeña fuente que había estado fuera de servicio por un tiempo debido a falta de mantenimiento.
Golpeó su puño contra la tierra.
Arbitrariamente juntó el flujo de cada poder, desde rotación, giro, flujo y pausa a las fuerzas reaccionarias inevitables que regresaban al puño tras el impacto. No contaba como una técnica para ser usada con otras personas y ni siquiera era tratada como un puñetazo; una perversa técnica de asedio.
Dragón purulento. Era una técnica absurda, usada únicamente para partir la tierra o destrozar cascadas, una demostración de fuerza destructiva. Ese era exactamente el tipo de fuerza que necesitaba en este momento.
Kala-kalaaang. La campana sonó salvajemente por el impacto de la patada.
Y momentos más tarde, la losa en la espaciosa plaza crujió y se despedazó, colapsando hacia abajo.
Por supuesto que lo hicieron.
Quinientos años en el futuro, encontrarían una enorme y misteriosa instalación que se esparcía bajo el suelo de lo que una vez fue la ciudad de Gomag. El lugar al que Grick había guiado a Chtholly y a él. Nadie sabía de ella hasta que un equipo de investigación de Regul Aire la descubrió, lo que significaba que siempre había escapado del ojo del Gremio de Aventureros; el último territorio inexplorado de Gomag.
… Rgh-
Un cuerpo no desarrollado no puede controlar por completo el tempestuoso flujo de energía de dragón purulento, y el retroceso permaneció en su puño. La piel se abrió violentamente en su mano derecha. Sus huesos también estaban en un estado terrible.
Pero aún podía moverse.

«¡Por aquí!»

Dejando a Nephren las Aurora que se les acercaron, Willem saltó a la oscuridad de abajo.


Había varios problemas que inevitablemente venían con estructuras subterráneas.
Uno era la iluminación, y otro era la ventilación. El fuego era necesario para que la gente haga cosas bajo tierra, donde no podían usar la luz del sol. Sin embargo, se volvía más difícil respirar cuanto más fuego usaran. Se necesitaban grandes ventanas de ventilación para hacer entrar aire fresco. Por eso, las instalaciones subterráneas ocultas generalmente no eran muy prácticas.
Las cosas hubieran sido un poco mejor si esto fuera Regul Aire, por los cristales de iluminación…
Hasta pensamientos sin importancia como ese pasaron por su mente.
Para resumir, estaba oscuro.
Willem no tenía ninguna habilidad útil como Visión Nocturna o taumaturgia de iluminación. Ni siquiera tenía conocimiento básico para explorar estos laberintos subterráneos. Llegó hasta aquí usando fuerza bruta, pero vergonzosamente, no podía avanzar más.
Nephren ligeramente encendió su Venenum y lo usó para forzar a Dindrane a despertar. Aparecieron grietas en la hoja, con una tenue luz emanando de ellas.

«¿Debería aumentar la intensidad?»
«No, con eso basta.»

Estaban usando un Carillón, un faro de esperanza para la salvación de la humanidad, como antorcha.
Deberían haber traído una antorcha de verdad, pero él no había prestado atención a detalles como ese. Si Grick estuviera aquí, ciertamente se hubiera reído de él.

En la oscuridad, abrieron una puerta cercana y observaron mientras la tenue luz iluminaba el espacio.
Era una habitación sucia. El escritorio, las repisas y el piso estaban llenos de pilas de papel. Tenían una presencia abrumadora, como si estos estudios, reportes y notas estuvieran diciendo orgullosamente que eran los gobernantes de este espacio.
Algún tipo de cuarto de recursos, ¿eh? Se preguntó Willem mientras buscaba otra puerta para seguir avanzando. Nada.
Era en momentos como estos que él pensaba en forzar su camino simplemente atravesando las paredes o el piso. De todas formas, un Aurora podría atacarlos desde la oscuridad desde cualquier parte en cualquier momento. Aunque era arriesgado forzar un atajo, ya que su mano derecha dolía tanto, valía la pena intentarlo.

«… Esto es,» murmuró Nephren, recogiendo una hoja de notas, «¿material de investigación?»
«Probablemente es como crearon la maldición para convertir a los Emnetwyte en Bestias.»
«Hmm, eso no parece correcto.»

La respuesta de Nephren sonaba dudosa, así que él tomó las notas de su mano. Wow, la escritura era terrible.

«… ¿Qué son los Visitantes?»

¿Qué?
Los Visitantes eran los Visitantes, por supuesto. Los que crearon el mundo.
Fueron los que crearon al mundo de la nada hace mucho tiempo. Llenaron el planeta con la naturaleza, vertieron agua en los océanos, crearon a los Emnetwyte y otros seres, y dieron forma al mundo. En el proceso de todo eso, compartieron sus almas con los Emnetwyte, y entonces desaparecieron.
Justo el otro día, uno de los últimos Visitantes con vida despertó y, junto con sus subordinados, los Poteau, por alguna razón se puso en contra de la raza Emnetwyte. Aunque al costo de muchos sacrificios, de alguna forma se las arreglaron para repelerlos, y aquí estaban ahora.

«Ellos no crearon el mundo. Simplemente lo rehicieron.»

Huh. ¿Enserio?
Por supuesto, una organización religiosa escribiría algo como eso. Él no pensó que estuvieran desarrollando argumentos teológicos, incluso en las notas desechadas por organizaciones de investigación.

«El mundo ya estaba aquí antes de que lo visitaran, y vidas que no podían ser llamadas vida existían aquí. Sin embargo, no eran lo que los Visitantes deseaban. Fue por eso que maldijeron al mundo y todo lo que había en él-«

Espera, un segundo. Nunca había escuchado esto.

«… ¿Willem?»
«Olvídalo.» Él tiró las notas a un lado. «Un teólogo podría descubrir algo interesante si le mostráramos esto, pero no tiene nada que ver con nosotros ahora.»

Él una vez más llevó su mirada al cuarto lleno de papel; y escuchó sonidos de espadas chocando.

«Willem.»
«Sí, lo escuché.»

No estaba muy lejos de ellos. Podía decir exactamente de donde venía. Al menos habría alguien ahí. O algo.
En la oscuridad, dejaron el cuarto corriendo.

Nephren extendió sus alas, dándoles suficiente luz para correr por el pasillo.
Carteles que decían ¡Nada de graffiti! estaban pegados en las paredes en algunos lugares.
Y en los espacios entre esos carteles había garabatos de formulas matemáticas y de hechizos, y oraciones llenando las paredes blancas.
¡Los Emnetwyte se han multiplicado demasiado! ¡El primer hechizo se acerca a su límite!
Nunca debieron traer a la raza Emnetwyte a la existencia.
La producción de los Emnetwyte fue el primer y más grave de los pecados de los Visitantes.
Corrieron por el corredor, con las palabras pasando por su visión.
O Visitantes, ¿por qué nos crearon a nosotros los Emnetwyte?
¡¿Qué nos ha hecho su nostalgia?! ¡¿Qué nos ha quitado?!
La desordenada escritura se quejaba desde las paredes.


Había una montaña de cadáveres de Aurora, todos cortados en pequeños pedazos.
Y sentado junto a eso, apoyado contra la pared, estaba Navrutri.

«… Hola.»

Él debe haber notado la luz que se acercaba. Débilmente levantó la cabeza.
Su sonrisa alegre de siempre había perdido su espíritu.

«Me preguntaba quién venía hacia acá, y eras tú, Will. ¿Cómo encontraste este lugar?»

Su cuerpo desde el pecho para abajo estaba manchado de rojo brillante. Casi la mitad de la carne de su estómago estaba mezclada con incontables agujas y se había convertido en un una masa roja.
Sin importar como lo viera Willem, no le quedaba mucho tiempo.
Probablemente era su Carillón, Lapidemsibilus, que lo mantenía consciente. Cada uno de los Carillones de alto rango manifestaba sus talentos únicos. Esta espada creaba un fenómeno que forzosamente regulaba la condición mental y física de su usuario mientras estaba activa.
Pero eso no significaba que cerraría heridas abiertas o detendría el sangrado. El poder de Lapidemsibilus no podía prevenir la inevitable llegada de la muerte.

«La antigua maldición se estaba desvaneciendo. Teníamos que maldecir de nuevo a la gente. Pero no pudimos. Incluso obteniendo un cadáver de los dioses, aunque destrozamos su alma en miles de pequeñas piezas, no pudimos recrear la maldición de los Visitantes.»
«Hey… ¿Navrutri…?»

La luz de Lapidemsibilus se apagó.
El Venenum que Navrutri había encendido comenzaba a desaparecer.

«No podemos hacerlo… Necesitamos la sabiduría de un Forastero…»

Sus ojos ya no estaban viendo a Willem. Estaban fijos, mirando lejos en la distancia.

«Pero… no… lo tenemos…»

Su mano extendida cayó abruptamente.
Su rostro barbudo, que siempre llevaba una sonrisa burlona, estaba congelado, retorcido por el dolor y la angustia.

«Cielos. ¿Qué demonios estás diciendo tan de repente? No lo entiendo.»

Incapaz de controlar sus emociones, insultos comenzaron a escapar de la boca de Willem.

«¿Por qué moriste? ¿Por qué fallaste? ¡Si ibas a salvarnos, entonces hazlo, maldita sea! ¡Eres un Brave! ¡Es tu trabajo; tu deber!»
«Willem.»

Él apretó el puño.
Realmente estaba pensando darle un buen puñetazo.
Pero no lo hizo. Lo que hizo luego no podía describirse exactamente como en su lugar, pero él recogió a Lapidemsibilus, que estaba en el suelo junto a ellos.

«Ya no importa como resultó tu pelea. Eso terminó hace mucho tiempo, y no es como si pudiéramos cambiar ese resultado. Pero…»

Él activó su Venenum.
Un Carillón de alto rango como Lapidemsibilus nunca aceptaría a Willem. Leves grietas aparecieron en la hoja, y emanaron luz, pero eso fue todo. Ahora mismo, no era más que un gran cuchillo brillante. No podía demostrar su verdadero valor como Carillón, creado para hacer frente a enemigos que eran demasiado para los Emnetwyte.

«¿Debería tomarlo?» Preguntó Nephren, pero Willem sacudió la cabeza.
«Así está bien,» respondió él, girándose para ver hacia el final del pasillo.
Ahí podía ver una tenue luz que emanaba desde lo profundo de la oscura instalación.


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