Yuusha ni Horobosareru – Volumen 2 – Capitulo 28

Capitulo 28

El Imperio Cylus era un lugar sagrado para los herreros, apodado el país del hierro y el fuego.
La mayor parte del país era un distrito montañoso, y la mayoría de las montañas poseían algún tipo de mina.
La gran mayoría de los ciudadanos eran Metalio, pero además de ellos, una variedad de razas como Humanos, Sylphid, y Hombres Bestia que querían ser herreros también vivían ahí.
La agricultura no era próspera, así que en gran parte dependían de importaciones de otros países.
En cuanto a su aspecto militar, la tenacidad de la Orden de Caballeros del Imperio Cylus, la cual estaba formada por Metalio que sobresalían en resistencia y fuerza comparados con las otras razas, era famosa.
La Orden de Caballeros que corría por el distrito montañoso con resistencia ilimitada y estaban cubiertos de armamento de alta calidad.
Fue por esa fuerza que nació el dicho «solo los imprudentes trabajarían como bandidos en el Imperio Cylus».
La herrería, que se podía decir era la industria clave del país, funcionaba con un sistema meritorio, y cualquiera de cualquier parte sería bienvenido siempre y cuando tuvieran la habilidad suficiente.
Visto desde otro ángulo, también existía el riesgo de que una cantidad considerable de tecnología herrera fluyera hacia otros países, pero para los herreros del Imperio Cylus que siempre estaban varios pasos adelante, algo como eso no era ningún problema.
Eso era porque si uno se quedaba en el Imperio Cylus, se verían forzados a entender que la tecnología de punta de la herrería solo podía encontrarse aquí. Por lo tanto, los herreros verdaderamente habilidosos no querrían dejar el Imperio Cylus.
En el Imperio Cylus, donde artesanos como esos se reunían, aunque una guerra que podría cubrir todo el Continente Shutaia estaba ganando impulso, parecía que todo iba como de costumbre.
El pueblo rebosaba de vivacidad y el sonido de las herrerías, e incluso había una gran variedad de personas que iban y venían.
… Sin embargo, con las señales de una guerra inminente, como se esperaba, la gente mostraba una ligera ansiedad.
Los refugiados estaban aumentando. Los rumores de que la guerra se avecinaba podían escucharse.
Naturalmente, incluso en el palacio del Imperio Cylus estaban intentando entender la situación y discutiendo como lidiar con ella.

«… Ya veo. Así que Borkio sigue desaparecido… huh.»
«Sí, Emperador-dono. Aún no sabemos nada aparte de que abandonaron el puerto del Reino San Altlis.»

La persona a la que llamaban Emperador escuchó esas palabras, y se reclinó profundamente en su trono.
El Emperador del Imperio Cylus, Alfgard.
Él estaba preocupado por Borkio, el diplomático que había desaparecido junto con un barco de última generación de su país.
Estando en una ruta marítima segura en la que ni siquiera debería haber bandidos, ¿por qué Borkio cortaría todo contacto?
Teorías de una conspiración por parte del Reino San Altlis, de un ataque Mazoku, de la traición de Borkio; varios rumores fluyeron, y cada vez, Alfgard pensaba:
¿Le pasó algo a Borkio? ¿Está vivo, o está muerto?
El influjo de refugiados comunicaba el aumento de la influencia del argumento de rechazo Semi-Humano en el Reino San Altlis.
Ahora mismo, cuando los ciudadano pedían información, no podrían ocultar el hecho de que Borkio había cortado todo contacto por mucho tiempo.
Si la noticia se divulgara, naturalmente habría gente que conectara la situación del Reino San Altlis con el asunto de Borkio.
… Si eso pasara, sería demasiado tarde.
No había beneficio en que miembros de la humanidad fueran a la guerra.
Y aún así, ¿por qué nadie lo entendía?

«… ¿Por qué? ¿Qué están pensando en el Reino San Altlis…?»

El que estaba mirando al angustiado Emperador era un cuervo.
Pero por supuesto, no era un simple cuervo.
Su nombre era Zwei. Habiéndose infiltrado en el Continente Shutaia por orden de Rokuna, él era el mismo tipo de Mazoku que Ein.

«…»

De hecho, Zwei simpatizaba con el Emperador Alfgard.
Siendo noble y amable, este hombre poseía las cualidades de un líder.
Esa era la evaluación que Zwei había hecho de Alfgard.
Si faltaba algo, sería fuerza.
Ya que él no tenía fuerza, Alfgard estaba en problemas.
Dentro del Imperio Cylus, la gente estaba dudando sobre como el país debería actuar con respecto a las señales de guerra que flotaban entre el Reino San ALtlis y el Reino del Bosque Jiol.
Había quienes decían que deberían pararse en medio y arbitrar.
Quienes decían que deberían aliarse con el Reino del Bosque Jiol.
Quienes decían que no deberían involucrarse.
Ya que Alfgard era parte de la facción que quería arbitrar, estaba moviéndose para que el país actuara de esa forma pero… hasta donde Zwei sabía, no parecía estar dando ningún resultado.
Al contrario, recientemente, corre el rumor de que el emisario del Imperio Cylus había cortado comunicaciones dentro del Reino San Altlis.
Con respecto a este hecho, los defensores de la facción que belicosa proclamaban que esto era obra del Reino San Altlis.
El diplomático del Reino San Altlis que estaba apostado en el Imperio Cylus prometió que llevarían a cabo una investigación exhaustiva, pero parece que incluso ahora no había información clara.

«… Esto es bastante sospechoso. Puede que tenga que coordinar con Ein para recolectar evidencia.»

Subiendo al techo del palacio, Zwei murmuró eso.
El hecho de que Ein y Zwei, que se especializaban en actividades de espionaje, fueron expresamente despachados significaba que Rokuna había determinado que estaban ocultando cosas que no serían descubiertas a menos que se investigara profundamente.
Como resultado de la información que había recolectado del palacio en los últimos días, Zwei no podía evitar sentir que alguien estaba operando detrás de escena.
Él no sabía quién era esa persona, pero seguramente, algo se estaba moviendo con el Reino San Altlis como centro.

«… Ein. Parecería que el lugar en el que estás resultó ser el premio gordo, ¿sabes?»

Mientras murmuraba eso, Zwei miró en dirección del Reino San Altlis.


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